jueves, 29 de noviembre de 2012

No a la violencia en el deporte: Un partido de pre benjamines termina en una pelea entre un técnico y el vigilante del campo


En Palencia, l encuentro de fútbol de prebenjamines entre el Padre Claret y el Club Deportivo Herrera tuvo un final inesperado, lejos del ámbito deportivo. El técnico del conjunto herrerense y el vigilante de las instalaciones de Isla Dos Aguas en la capital terminaron enzarzados en una pelea. Los dos afectados tuvieron que ser separados por los padres de los jugadores de ambos equipos. El conflicto se originó porque el miembro de seguridad de la empresa Clece, contratada por el Patronato Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Palencia, llamó la atención a los jóvenes jugadores del Herrera por pisar el césped, una vez terminado el partido.

Ambas partes coinciden en que este motivo desencadenó un conflicto que terminó con la presencia de la Policía Nacional en las instalaciones y con una denuncia por agresión al vigilante, acompañada de un parte de lesiones realizado en el Hospital Río Carrión. «Nunca habíamos tenido ningún problema, y el vigilante, aunque solo lleva dos semanas con nosotros, es una persona bastante tranquila. Hacía su trabajo, que es el de evitar que las instalaciones sufran innecesariamente, como ocurre muchísimas veces con los equipos de fuera», explicó ayer el director del Patronato Municipal de Deportes, Juan José López Arroyo.

El representante del organismo deportivo del consistorio palentino trató ayer de esclarecer los hechos a través del acta del encuentro. Sin embargo, el colegiado del partido no reflejó el altercado que siguió al pitido final de un choque que terminó con el triunfo del Padre Claret.
Desde el Patronato se asegura que en ocasiones hay problemas con los equipos de fuera que no conocen la normativa, pero que estos conflictos, también relacionados con los jóvenes que se cuelan para recoger pelotas de golf del campo próximo, nunca habían llegado a tanto.

Por su parte, el presidente del Herrera, Rubén Martín, defiende a su técnico, de 36 años, al que califica de «una persona tranquila» y que nunca ha tenido ningún problema con nadie. El directivo, que no estuvo presente durante los hechos, subraya la versión de que fue el vigilante el que inició la disputa y que, incluso, «llegó a agredir a una madre de un jugador». Sin embargo, ninguno de los afectados herrerenses ha presentado denuncia ante la Policía.
El operario de la empresa también ha presentado como prueba de la supuesta agresión su cazadora rota, algo que también han confirmado las dos partes en conflicto.

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