lunes, 26 de septiembre de 2011

La crisis ha provocado que aumente el número de solicitudes de voluntarios, y el de personas que demandan la ayuda

Daniel A. Álvarez
El perfil de la persona que colabora responde al de una mujer de entre los 20 y los 40 años
Trabajan sin recibir dinero a cambio y, aun así, nunca pierden la sonrisa. Con la ilusión de quien ayuda a los demás intentan contribuir a que este mundo sea un poco más justo. Ellos son los miles de voluntarios de Valladolid, pertenecientes a las ONG locales, que con diferentes proyectos colaboran para erradicar la pobreza en la provincia -que también existe-, evitar que ciertos grupos queden excluidos de la sociedad e, incluso, enviar gente a América Latina o África para contribuir al desarrollo de estas regiones.

En 2011 se celebra el Año Europeo del Voluntariado, una ocupación que, incluso en tiempos de crisis, no pierde adeptos. Además Valladolid acogerá los días 27 y 28 de septiembre las V Jornadas del Voluntariado, algo que demuestra la implicación y el compromiso de la ciudad del Pisuerga.
Karmele Burzaco trabaja para la ONG Castellano y leonesa Azacán-serso. Ella es la responsable de la parte de voluntariado y además despacha en la tienda de comercio justo que la asociación tiene instalada en la calle Farnesio, en el barrio de las Delicias. Los aires de crisis están golpeando a su organización y reconoce que han notado «bastante el descenso de la gente que se ha apuntado». «No te voy a decir la mitad, pero sí ha sido un descenso severo. Por otro lado, la gente que se apunta está más comprometida que antes, tampoco nos ha supuesto una crisis», añade.
No son los mejores tiempos para la ONG, situación distinta a la del Voluntariado UVA, una plataforma que no depende de la Universidad, pero que sí está vinculada ella, explica Javier Sinovas, vicepresidente de la junta directiva y voluntario. Para ellos, que se nutren principalmente de estudiantes, «el número de voluntarios no se ha visto afectado. Ayudar puede estar más reñido para la gente que necesita ganar dinero para mantenerse y no tiene tiempo libre, pero al ser estudiantes no nos afecta». Dos realidades distintas para una misma labor, la de ayudar a quien más lo necesita.
La Plataforma de Voluntariado de Valladolid traza una idea global de la situación de los voluntarios en la ciudad: «Todos los años se apunta un número importante de ellos, aunque el perfil depende de los proyectos que salen cada año. La crisis no ha afectado, y sí que hemos notado que gente que se queda en paro se acerca para ayudar, pero, en el momento que encuentran trabajo, se vuelven a ir».

Valladolid, ciudad activa
En la comunidad de Castilla y León, el porcentaje de voluntarios sobre la población es del 5,7%, según una encuesta telefónica que realizó la Junta de Castilla y León. No hay datos exactos, ya que son muchas las asociaciones, pequeñas y grandes, que cuentan con la ayuda de estas personas altruistas. Un cálculo aproximado da como resultado que la provincia de Valladolid contabiliza en torno a 10.000 voluntarios.

El perfil del voluntario
Para realizar estas labores las organizaciones demandan todo tipo de ayuda, sin importar el campo profesional o el rango de edad de los voluntarios, aunque sí se pide compromiso e inquietudes. El perfil de estos voluntarios suele ser el de una mujer de entre los 20 y 40 años, aunque depende de la asociación. «El perfil varía dependiendo de los proyectos de cada año, hay muchas mujeres entre los 40 y 45, también jóvenes que luego encuentran trabajo o estudian y se marchan», concretan en la Plataforma de Voluntariado de Valladolid. El sexo, la raza, la procedencia o la edad no importan cuando de ayudar a los demás se trata. Restan parte de su tiempo libre para hacer de esta sociedad, de este mundo, un lugar un poco más agradable para todos.

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