martes, 26 de julio de 2011

Desde la Coordinadora de ONGD de Castilla y León realizamos un llamamiento para que la ciudadanía se comprometa con la justicia social

Federico Fernández Mendieta
Presidente Coordinadora ONGD Castilla y León

Desde la Coordinadora de ONGD de Castilla y León realizamos un llamamiento para que la ciudadanía se comprometa con la justicia social y diga NO a los recortes en gasto social y en cooperación internacional.

En Castilla y León somos una comunidad de 2,5 millones de personas. El próximo año 2011 nos gastaremos un total de 10.045 millones de euros en bienes y servicios públicos. Este es el monto global al que asciende el proyecto de presupuestos de la Comunidad Autónoma de Castilla y León para 2011, aprobado el pasado mes de diciembre en nuestro parlamento. Es decir, el próximo año el Gobierno de la Comunidad gastará aproximadamente 4.018 euros por persona en concepto de servicios tales como la salud, la educación o la construcción y mantenimiento de las infraestructuras. A estos montos le tendríamos que añadir los que realicen en nuestro territorio otras administraciones, como diputaciones, ayuntamientos o incluso la Administración General del Estado, lo que incrementa significativamente el gasto público por persona que se realiza en Castilla y León.

El año 2010 finalizó en clave de crisis y con una gran incertidumbre respecto al panorama que nos espera en 2011. Quizá sea ésta una ocasión oportuna para reflexionar sobre el verdadero significado de la riqueza y de la pobreza de las personas y de las naciones, un momento para ponerle cara y cuerpo al desamparo y a la vulnerabilidad, y de reflexionar sobre la crisis desde un punto de vista diferente. Nadie pone en duda que en Castilla y León la gente lo está pasando mal, a pesar de esos 4.018 euros per cápita que nos corresponderán de los presupuestos en el 2011 solo por parte del Gobierno de Castilla y León. Hay empresas que están cerrando y hay personas que son despedidas. Las familias están endeudadas y hay quienes no pueden llegar a fin de mes. Sin embargo, no lo dudemos, somos una comunidad estable y vivimos en un rincón afortunado de este planeta. Los datos nos delatan: 10.045 millones de euros de presupuesto anual en nuestra Comunidad. Como también lo hacen los 81 años de esperanza de vida, los 10 años promedio de educación y el vigésimo puesto del Estado Español en el ranking del desarrollo humano que publicó el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo a finales del 2010 (España ocupa el puesto número 20 sobre un total de 169 naciones).

Sabemos que en lugares como la República Democrática de Congo la esperanza de vida al nacer no alcanza los 50 años, no se llega a los 4 años promedio de educación, y el gasto público anual por persona rondará para 2011 los 74 euros. Aunque estas cifras y números puedan aturdir, nos permiten aprender verdades muchas veces repetidas y que tendemos a ignorar fácilmente: para atender a los 2,5 millones de personas que vivimos en Castilla y León, sólo el Gobierno de Castilla y León se gastará más del doble que todo el Gobierno de la República de Congo para atender a 71 millones de personas. Tan sobrecogedor que llega a doler. Hilando más fino en el análisis de los proyectos de presupuestos de Castilla y León y de la República Democrática de Congo, constatamos el brutal contraste entre los 3.431 millones que dedicaremos a salud en Castilla y León frente a los 228 millones que se gastarán en la República Democrática de Congo. Esto quiere decir que en este rincón afortunado del planeta dedicamos al menos 1.372 euros por persona al gasto en salud, mientras que este monto no llega a los 3,5 euros para la República Democrática de Congo.

Son ya varias las generaciones de castellano leoneses que, afortunadamente, no han conocido lo que es la pobreza, la desprotección social y el desamparo de un conjunto importante de la población y les resultará difícil comprender cuáles son las razones por las que el gobierno de un país no es capaz de satisfacer las necesidades más básicas de su ciudadanía. Es el caso de una sociedad que no puede pagar la educación básica gratuita de sus niños y niñas, curar a las personas enfermas, proporcionar luz y agua potable y construir caminos y carreteras que conecten a los territorios y las poblaciones.

Es largo y complicado detenerse a explicar las razones por las que esto les ocurre a tantas sociedades y gobiernos. La pobreza está muy extendida, la dependencia entre diferentes economías, estrecha y las situaciones económicas muy diversas. Pero hay un dato claro: los 10 millones que destinará a la cooperación internacional el año 2011 el Gobierno de Castilla y León son una parte muy pequeña de un presupuesto grande, de 10.045 millones (un 0,1%) De los 4.018 euros que nos gastaremos por persona, dedicaremos 4 euros a solidaridad internacional. Un monto modesto, un compromiso incumplido (el 0,7%) y un desafío inmenso de justicia internacional.

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